Rodrigo Cortés Escobar
Economista
Sandra, en Lucero de seda logra dar vida a cada uno de sus personajes, en especial a Esmeralda, la esencia de esta obra. Vive en la búsqueda constante de realizar sus sueños, a pesar de los traspiés cotidianos. Y nos deja una moraleja: existen dos tipos de destino, el que tú mismo proyectas a corto, mediano o largo plazo, y el intangible, el que te pondrá de frente ante lo inesperado, trágico o placentero, que es el camino a recorrer de cada uno de los personajes de esta trama. Y Sandra lo plasma con lujo de detalles en esta maravillosa obra literaria.
Esmeralda es un símbolo de esa mujer contemporánea en busca de cristalizar sus sueños e ideales. Para ella la búsqueda del amor de las personas es el eje central de esta trama, puesta en escena por la imaginación y la pluma de una escritora que le da a cada uno de los personajes su propia impronta. Posee una dinámica y un estilo que logra mantener al lector conectado de principio a fin.
Es una obra que plasma el diario vivir de cualquier ser humano en la telaraña de sus demonios internos, en no renunciar a la búsqueda de sus objetivos y saber que al final de su vida el único juez es su propia conciencia, quien le dirá si valió la pena, o no, luchar por sus sueños.
Sandra Villamil, artista de las artes y las letras, que trazas con tu alma el blanco lienzo de tu Universo con esa paleta rica de colores vivos de tu tierra tropical.
Qué tus sueños, pictóricos y literarios, lleguen al espectador, y en este caso al lector, como el suave aire fresco que entra por nuestras ventanas acariciando y despertando los sentidos. Gracias por compartir tantas emociones en tus novelas y abrirnos un nuevo camino a la esperanza con calidez, ternura y, sobre todo, con mucho amor.
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Me bastó leer los primeros párrafos para quedar cautivado con el libro. Con lenguaje sencillo describe personajes y sitios haciendo agradable y amena su lectura. De manera sutíl me transporté a los sitios y acontecimientos de la novela. Con buen tacto lo atrapa a uno en la trama, entrelazando ficción, amor y realidad en un delicioso momento, logrando que no se note si es ficción o realidad. Lo recomiendo como lectura desde Bogotá (Colombia)
Sandra Villamil vuelve a conquistarnos con Los pasillos de mi alma, continuación de Lucero de seda y La jungla de mis estrellas, En esta novela vemos nuevas facetas de los personajes. Sus historias y experiencias nos muestran la complejidad de las relaciones, los sentimientos y la vida.
Esmeralda nos hace ver de nuevo como la amistad y el amor son los pilares que sostienen los cimientos de la experiencia humana.
Sandra, con su deliciosa imaginación, nos sumerge en un mundo de fantasía en el cual cada lector se puede identificar con alguno de sus personajes, gracias a la gran carga de realismo que posee esta mágica ficción.
Con la lectura de esta novela experimentamos la contraposición de múltiples sensaciones. Nos puede lanzar a subir las más altas y bellas cumbres, o adentrarnos en el profundo y oscuro núcleo de la Tierra.
Sandra, como artista polifacética que es cuando pinta o escribe, siempre hace protagonistas de sus obras a los diferentes colores de las emociones, plasmando sobre el lienzo, o en este caso sobre papel, el amor como excelso protagonista de su obra. Gracias Sandra por este mundo, que esta jungla sea mejor y tus estrellas no dejen de brillar.
En Lucero de seda, Sandra Villamil nos demuestra que no es necesario avanzar en una lectura para acercarse a sus personajes y vivir intensamente las situaciones, muy hábilmente descritas por esta gran escritora. Su prosa fácil te atrapa y hace que no puedas desprenderte de la lectura. Te dará pena cuando llegues al final y desearás continuar leyendo. Felicidades querida Sandra, es una suerte poder contar con la sutileza de tu pluma. Desde La Coruña, rubrico lo dicho.
Lucero de seda es un libro de lectura intensa que consigue ser entretenido y divertido. Destaca la intención de la autora por buscar en cada página la complicidad del lector para conseguir que sea feliz. Me he sentido muy cómodo leyéndolo y ha conseguido hacerme olvidar, por un instante, la situación actual del mundo en que vivimos. Felicidades Sandra y espero con impaciencia el siguiente.
Sandra, tienes un modo increíble de transmitir sensaciones mediante tu novela. Haces que nos transportemos a tus mundos maravillosos. Tu fuerza y pasión se reflejan constantemente. Eres un ser muy bonito y especial que con sus arte y creatividad haces vibrar muy alto y llegas a tocar el alma. Gracias al Universo por ponerte en mi camino.
Sandra te transporta volando, bailando, flirteando a lo largo del libro. Sus palabras juegan con las sensaciones, creando imágenes y fantasías. Te provocan oir perfumes, tocar colores y sentir objetos. Finalmente dejas de reconocer cuando estás soñando despierto o durmiendo con los ojos abiertos.
Es más que una novela, es una llave perdida, nuevamente encontrada, que abrirá tu propia alma
Vibrante, emocionante, sorprendente... ¡Me atrapó! no pude soltar el libro hasta acabarlo. Bravísima multi artista. La vida de Esmeralda y su particular familia y entorno es para quitar el hipo al lector. Espero con ansia más libros tuyos.
Cuando la vida se ha vuelto enrevesada,
cuando nadie más ha visto una salida,
cuando con un gesto amargo titubea una amistad,
siempre emerge Sandra, suspendida.
Una gota, tan solo una gota de su humanidad,
rechinará por siempre en nuestras calles,
descritas por quienes las habitan,
con personajes ficticios, pero reales,
con emociones tan arraigadas
que creeríamos que llueven perlas,
topacios, gemas o esmeraldas...
Todas juntas, o a solas,
con sus sentimientos,
con nuestros sentimientos,
con la infinita selección de alternativas
que ofrece la oquedad del alma;
como esta prosa escrita en versos;
como este libro escrito en prosa,
que, como el verso,
su eco inunda más allá de la memoria.
Se desnudan personajes,
se desnudan los secretos,
se desnuda la trama,
se desnudan ideales
y por fin alguien alcanza el objetivo de la protagonista:
Sandra Villamil, nuestra escritora.
Sandra en esta trilogía: “La jungla de mis estrellas”, “Lucero de seda” y “Los pasillos de mi alma”; desarrolla con una exquisita imaginación las distintas facetas de personalidades de los actores y en particular los desafíos de esta niña de 13 años que va por un sueño y lo desvía a causa de que padece el síndrome extremo de la sensibilidad emocional. Va desarrollando aprendizajes y habilidades para ir caminando por la vida; tropieza una y otra vez hasta descubrirse a sí misma.
Muy recomendable como novela enigmática y ejemplo de autosuperación.
Sandra provoca con esta novela trilogia La jungla de mis estrellas a seguir leyendo horas y horas incluso hasta hacerte perder en un sueño. Entrando en un mundo de imaginación, lleno de color, de vida, pero simultáneamente de sentimientos, de amor, este es su camino con un lenguaje florido, teñido con la belleza del acento colombiano leer y dejarse poseer por una maga que cautiva tu pensamiento haciéndote incluso reflexionar que un poquito de paz es mucho.
Nos maquilla a estos personajes con adversidades que van atravesando, pero tambien nos da a conocer sus victorias que van logrando y enfatiza que con amor y perdón todo se soluciona. Reflexión la autora con su belleza y capacidad imaginaria del pensamiento nos hace incluso reflexionar. A través de está su novela. Gracias Sandra
Tu gran poder de conexión, esa cualidad con la que naciste, ese don de atender las necesidades de los otros, tu creatividad te hace única. Tuve mucha suerte en encontrarte en el camino de la Vida. Gracias Sandra.
Perdida entre sus versos. Deseosa de sentir la vida. Anhelante de un amor verdadero. Esmeralda, que se encuentra en el limbo delirante que separa la infancia de la adultez, ha decidido emprender un viaje. Un viaje por los recovecos más recónditos de sus deseos, por sus instintos más primarios, por los designios de su propio destino. Un viaje que no es otro que el que la conducirá a encontrarse con ella misma, a conocer la jungla de sus estrellas.
Con una prosa ágil y divertida, Sandra Villamil pincela unos personajes, con una condición tan humana como literaria, con los que abre la vereda a la reflexión sobre nuestra condición como seres enzarzados en una imperecedera lucha entre nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Pero nuestra felicidad, así como nuestra desdicha, ya está escrita. El Universo, en su condición de escritor romántico, se ha encargado de ello. Nosotros solo debemos hallar la valentía para afrontar nuestro sino.